- Logística
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el tratado intergubernamental firmado por más de 180 países para contener la propagación de plagas invasoras: la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), abanderan desde 2017 el programa de riesgos de plagas asociadas con el movimiento de contenedores y sus cargas (contaminación fitosan taria) movilizados internacionalmente por los modos de transporte marítimo-carretero-ferroviario fluvial/lacustre.
Especies invasoras conocidas como “vertidos biológicos” arriban a nuevos hábitats por diversas vías, la principal de ellas es el transporte marítimo de contenedores, ya que a la forma compleja de sus operaciones logísticas comúnmente se le identifica como el principal generador de factores de riesgo de plagas. Esto, dado que el 90 % del comercio mundial se lleva a cabo en contenedores, de los cuales más de 800 millones de ellos fluyen anualmente en las cadenas de suministro del comercio mundial, y de estos, menos del 2 % son inspeccionados fitosanitariamente. Tanto los componentes estructurales de los contenedores marítimos como la propia mercancía con sus pallets y embalajes de madera pueden actuar como vectores de contaminación fitosanitaria.
Los “vertidos biológicos”, que incluyen la propagación de plagas en las rutas del comercio global al ser una amenaza mundial y a pesar de ser más graves que los vertidos de petróleo al océano no están requiriendo la atención o la importancia necesaria a pesar de que se esté experimentando disrupción climática en tiempo real.
El comercio mundial está subestimando las advertencias de la FAO y de la CIPF que sostienen que los contenedores marítimos se están convirtiendo en “una amenaza flotante” al propagar plagas y enfermedades a nivel global; el comercio internacional es el vector, los contenedores marítimos el vehículo.
De hecho, las economías nacionales dependen del movimiento eficaz e ininterrumpido del comercio, que se ve facilitado por el flujo logístico eficiente de los contenedores marítimos a través de Cadenas Globales de Suministro (CGS), de la Red Global de Suministro de Contenedores Marítimos (RGSCM) y de la Cadena Global de Valor (CGV). La escala de las operaciones de contenedores marítimos alcanza proporciones extraordinarias, ya que cada año se transportan más de 800 millones de contenedores a nivel global, y cualquier cambio relacionado con la imposición de una Norma Fitosanitaria en las CGS, RGSCM y CGV tendrá impactos colaterales económicos en fabricantes y propietarios de contenedores, en las líneas navieras, en transitarios, forwarders y transportistas, en operadores portuarios, prestadores de servicios logísticos y operadores logísticos 3PL-4PL, en autoridad y/o administración portuaria, y en cargadores, importadores, exportadores y estibadores.
El comercio internacional se ha identificado como uno de los factores clave en la propagación de las especies invasoras, organismos que, al ser sacados de su hábitat natural y trasladados a una zona donde tienen pocos o ningún depredador natural, pueden causar estragos en la industria primaria (por tanto a la economía), y en la biodiversidad local. La CIPF introdujo las Normas Internacionales para Medidas Fitosanitarias (NIMF) como su principal herramienta con el objeto de reducir la propagación de plagas y enfermedades, convirtiéndose en la única organización mundial de normalización en materia de sanidad vegetal. Las plantas proporcionan el 80 % de los alimentos y el 98 % del aire que se respira, por tanto, son fundamentales para la vida en la Tierra y deben ser protegidas. El objetivo de las NIMF es proteger la biodiversidad mundial de la propagación e introducción de plagas, al tiempo que promueve un comercio global seguro y mitiga la amenaza de las especies invasoras sin impactar significativamente la Red Global de Suministro de Contenedores Marítimos, la Cadena Global de Suministro, la Cadena Global de Valor y la logística global del contenedor marítimo.
De igual forma, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria espera que a medida que el contenedor se desplaza por la Red Global de Suministro de Contenedores Marítimos y la Cadena Global de Suministro, se realice inspección fitosanitaria al componente estructural exterior, y control hasta llegar a destino. De hacerlo, el 90% del riesgo de plagas asociadas con el movimiento de contenedores marítimos se mitigará. En efecto, de hacerse de forma sistemática y eficiente la inspección fitosanitaria, se reducirán sustancialmente los costos generales de la mitigación de la propagación de las especies invasoras. De igual manera, reducirá los costos globales de la inspección y los costos asociados a la pérdida de alimentos y biodiversidad por la propagación no deseada de organismos.
De hecho, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria promueve que los organismos gubernamentales de los países de origen y los puertos de destino inspeccionen los contenedores y sus productos para que la responsabilidad no recaiga en agricultores individuales, si es el caso, o en empresas privadas.
El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) en sintonía con la CIPF emite el Instrumento para la Seguridad Sanitaria en la Cadena Logística a través de la Resolución 15 del 17 febrero de 2016, requisitos mínimos para solicitar y mantener la autorización como Operador Económico Autorizado (OEA) Exportador, entre otros:
En consecuencia, emite el Instrumento para la Seguridad Sanitaria en la Cadena Logística a través de la Resolución 67 del 20 de octubre de 2016, requisitos mínimos para solicitar y mantener la autorización como OEA Importador, entre otros:
Los contenedores marítimos estructuralmente compuestos de suelo de madera, hendiduras, ranuras y huecos (cantoneras, baos, vigas, túnel horquillas) permiten esconder organismos pequeños (ácaros, arañas, polillas, larvas, escarabajos, cangrejos, caracoles, babosas, roedores, secreciones, excreciones, masas de huesos, piel, sangre, plumas, huevos, tierra, semillas, plantas, productos vegetales, raíces, cortezas, moho, hongos, esporas, nemátodos o animales) donde dichos productos no es la carga manifestada dentro del contenedor marítimo y que si no se controlan, pueden transferirse de una carga a otra, pudiendo actuar como vectores de plagas invasoras. Si se introducen en nuevas zonas a través de las vías del comercio internacional causan enfermedades, destruyen las plantas, amenazan la agricultura e incrementan la inseguridad alimentaria, impactando negativamente, la biodiversidad, el medio ambiente y la economía de los países que comercian.
En efecto, la adopción de prácticas de limpieza y tratamientos eficaces de los contenedores marítimos es crucial para ayudar a prevenir la propagación de plagas y enfermedades de las plantas a nivel global. La enorme complejidad de las operaciones logísticas globales de contenedores marítimos plantea un desafío monumental. De hecho, la Asociación Internacional de Coordinación de Manejo de Carga (AICMC) se unió al Grupo Asesor de la Industria de Limpieza de Contenedores (GAILC), un nuevo grupo de enfoque dedicado a prevenir las pérdidas de carga y la contaminación fitosanitaria cruzada de los contenedores marítimos.
El objetivo de la AICMC es establecer protocolos para la limpieza interior y exterior de los contenedores y crear conciencia sobre los riesgos de contaminación por plagas en la RGSCM y en la Cadena Global de Suministro. De hecho, Grain Producers Australia está solicitando un impuesto a los conten dores para cubrir el costo de limpieza y fumigación de estos, ya que la necesidad de controlar la propagación de especies invasoras en los contenedores marítimos se pone de manifiesto. En efecto, un contenedor contaminado fitosanitariamente generará altas tasas de demora, costos adicionales de traslado, descargue o desestibado «devanning», fumigación, limpieza, posibles cargos de reexportación, retrasos, entregas canceladas, pérdida de negocio y de la imagen corporativa.
A su vez, el aumento de los tiempos de permanencia en puertos marítimos, zonas francas, puertos secos, estaciones de transferencia modal o de transbordo y en patios inadecuados puede hacer que los contenedores individuales se transporten menos veces al año, con el inconveniente que el aumento del tiempo de espera «stand bye» podría significar que los organismos (el suelo alberga plagas de insectos, semillas de malas hierbas, gusanos microscópicos y es vector de enfermedades animales extrañas) tienen tiempo para establecerse en el contenedor, lo que aumenta la necesidad de una adecuada y eficaz limpieza de este. Aunado a lo anterior, una reciente investigación de Drewry Shipping Consultants indica que en la actualidad existen al menos 6 millones de TEU «Twenty-Foot Equivalent Unit» en «stand bye» en todo el mundo, por efecto de los bloqueos generados por la pandemia de Covid-19.
En consecuencia, para la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria cualquier contenedor marítimo se debe consideran de alto riesgo fitosanitario si se mueve en la CGS sin la debida Declaración de Cuarentena, si contiene material de embalaje prohibido y si no porta información veraz sobre la mercancía que transporta. En efecto, la palabra cuarentena se originó en una palabra italiana «Quarantina», que significa “Alrededor de 40”. La existencia de este término se originó en torno a la llegada de la peste negra en Europa en el siglo XIV. El período de incubación de la enfermedad fue de aproximadamente 40 días, por tanto, esta duración se implementó en los barcos que transportaban material sospechoso. En consecuencia, se tomaron medidas de precaución cuando se sospechara sobre el material encontrado en el barco o puerto, al denegar la entrada o el acceso. Esta práctica ayudó, actualmente se aplica, en la prevención de la entrada y propagación de enfermedades desconocidas en los países de destino.
En la actualidad, existen más de 100.000 buques mercantes de comercio internacional, que transportan todo tipo de carga. La flota mundial está registrada en más de 150 países y tripulada por más de un millón de navegantes de casi todas las nacionalidades. El cambio climático ha incrementado las incursiones de las plagas en lugares donde antes no se habían detectado y donde ahora se desarrollan, prosperan y proliferan. Los cambios en la temperatura global, la humedad, la luz y el viento son los segundos impulsores en la dispersión de las plagas, junto al comercio internacional y, en especial el transporte de mercancías en contenedores marítimos. Un análisis de 112.000 contenedores marítimos vacíos que llegaron a Nueva Zelanda en los últimos cinco años reveló que 1 de cada 10 presentaba contaminación fitosanitaria exteriormente, el doble de la tasa de contaminación interior. Entre las plagas halladas se encontró, entre otras, la oruga lagarta, el caracol gigante africano, hormigas argentinas, el chinche apestoso marrón marmolado, semillas de plantas invasoras, nematodos y fitopatógenos. Según cifras de la ONU, las plagas y enfermedades de las plantas son responsables de la pérdida de hasta el 40 % de los cultivos agrícolas del mundo, lo que provoca anualmente pérdidas comerciales de 22.000 millones de dólares.
El mayor “vertido biológico” de todos los tiempos se produjo cuando un microorganismo eucariota, similar a un hongo y llamado phytophthora infestans – el nombre proviene del griego y significa “destructor de plantas”- zarpó desde América hacia Bélgica. A los pocos meses llegó a Irlanda, desencadenando una plaga de la papa que provocó una mortífera hambruna y migración masiva de la población. En Roma, las autoridades municipales intensifican su campaña anual contra el mosquito tigre, una especie invasora que llegó por buque a Albania en los años 70. El mosquito tigre, conocido por sus agresivas picaduras, es una de las especies de mosquitos más invasivas, prolifera actualmente en Italia y el cambio climático global facilita que colonice zonas de Europa septentrional. Se sospecha que el transporte marítimo es responsable de la introducción en los EE. UU de avispones gigantes asiáticos, coloquialmente denominados “avispones asesinos”. De igual manera, la mosca linterna con manchas, originaria de China, es una amenaza latente para cultivos frutales y árboles maderables, es tan destructiva que los residentes de varios estados de la costa este de EE. UU. han recibido instrucciones de matarlas en cuanto los vean.
En Australia, recientemente han observado grandes poblaciones del escarabajo khapra sobreviviendo en contenedores marítimos (polizontes). Este escarabajo es nativo del sur de Asia, siendo una de las pestes más destructivas de granos y semillas a nivel global. Es considerado una de las 100 especies invasoras peores del mundo. El rastreo preliminar realizado por las autoridades australianas indica que la contaminación de los contenedores por el escarabajo khapra sucedió algunos años antes de su detección como consecuencia del transporte de productos vegetales infectados procedentes del sur de Asia. Investigaciones recientes señalan que el escarabajo khapra puede sobrevivir en los contenedores marítimos como polizón o plaga contaminante durante varios años, hasta 6 años según la publicación científica.
Debido a su pequeño tamaño, su capacidad para sobrevivir sin alimentos durante periodos prolongados y su preferencia por ocupar las ranuras, el escarabajo khapra y sus larvas pueden pasar inadvertidos bajo el suelo, las fisuras y las grietas en los contenedores marítimos. La presencia de residuos de grano y otros residuos de carga de los contenedores pueden proporcionar una fuente de alimento para el escarabajo khapra, causando que se reactiven y salgan del estado fisiológico de inactividad. Cuando las condiciones son favorables, las poblaciones de escarabajo pueden aumentar rápidamente y contaminar productos, incluidos aquellos productos “no hospedantes” que se estiban en el contenedor.
Los agricultores de Australia están preocupados por la inminente amenaza del escarabajo Khapra; con un desplazamiento de 200 millones de contenedores marítimos al año a nivel mundial, el riesgo de propagación de khapra a través del traslado de contenedores es real y va en aumento. Se corre el riesgo de causar daños estimados en 11.000 millones de dólares y la pérdida de acceso a importantes mercados de exportación de cereales para el pueblo australiano.
Por tanto, es muy probable que muchos contenedores contaminados sigan circulando en la Red Global de Suministro de Contenedores Marítimos y en la Cadena Global de Suministro sin que la plaga se haya detectado aún. Cuando la contaminación se detecta, frecuentemente las mercancías infectadas ya se hayan desembalado, entrado en la cadena minorista y puede que incluso estén en los hogares de los consumidores. Es posible que las instalaciones que almacenan y/o maniobran el contenedor y las mercancías contaminadas también se encuentren infectadas. Adicionalmente, el contenedor contaminado fitosanitaria-mente puede que ya se haya vuelto estibar y trasladar localmente o al exterior.
Los registros de inspección en Estados Unidos, Australia, China y Nueva Zelanda indican que miles de organismos de una amplia variedad de microorganismos están siendo transportados involuntariamente en los contenedores marítimos. La FAO advierte que el daño va mucho más allá de problemas relacionados con la agricultura y la salud humana. Las especies invasoras pueden obstruir los cauces fluviales y detener las centrales eléctricas. Las invasiones biológicas causan daños por valor de un 5 % de la actividad económica mundial anual, equivalente a un decenio de desastres naturales.
Finalmente y a manera de conclusión, los contenedores marítimos contaminados fitosanitariamente amenazan la industria primaria productiva y la biodiversidad de las naciones. Si bien es fundamental que las fronteras estén protegidas de los riesgos que plantean las plagas y enfermedades exóticas que aporta el comercio internacional, se requiere de tiempo y de grandes recursos para inspeccionar a fondo todos los contenedores marítimos que arriban a los puertos de destino. La gestión eficaz de los riesgos de bioseguridad asociados a los contenedores marítimos requiere de la cooperación y el apoyo de todos los integrantes y «stakeholders» de la Cadena Global de Suministro. Mantener buenas relaciones con estos grupos es fundamental para asegurar la implementación exitosa del programa de gestión de riesgos de bioseguridad asociados a los contenedores marítimos.
Un contenedor no contaminado fitosanitariamente fluye entre puertos y alcanza su destino final con mayor rapidez y con menos gastos.
Ing. Alexander Eslava Sarmiento laeslavas@unal.edu.co – Consultor Portuario – Especialista en Logística Internacional.