La economía es cíclica, es decir que fluctúa y cambia de acuerdo a las condiciones, por tanto las recesiones (caídas en el crecimiento) y desaceleraciones (lento crecimiento) son inevitables. Durante estos períodos, los ingresos de las personas pueden disminuir, los precios pueden aumentar y la seguridad laboral es probable que se vea amenazada. Sin embargo, no todo gira alrededor de las malas noticias. Con una planificación cuidadosa y algunos cambios en los hábitos financieros, es muy probable enfrentar estos desafíos con herramientas que generan confianza.

En escenarios de inseguridad, es fundamental aprender a optimizar los gastos personales y mantener un equilibrio financiero saludable para enfrentar cualquier contratiempo que pueda surgir con el propósito de proteger la bien conocida “estabilidad financiera”, la cual se refiere a la tranquilidad que desde el bolsillo permite responder con las obligaciones.

Exploremos entonces, algunas estrategias prácticas para lograrlo.

1. Registra los movimientos financieros en un presupuesto detallado.

La base de una planeación financiera efectiva es tener un presupuesto detallado que incluya todos tus ingresos y gastos mensuales. Identificando áreas donde se pueda reducir gastos no esenciales, tales como entretenimiento, ocio, comidas fuera de casa, compras impulsivas, entre otras. Hacer un registro detallado de cada movimiento, anotando cada gasto, desde la factura de los servicios públicos, hasta el café de la mañana, permitiendo evaluar los hábitos de consumo, lo cual ayudará a identificar áreas donde se puede recortar gastos y a establecer límites claros para las compras. Existen estadísticas que indican que los gastos hormiga de personas pueden ascender hasta el 25% del salario.

2. Prioridades financieras.

Priorizando el pago de deudas innecesarias, haciendo una diferencia entre deudas buenas (como una hipoteca) y deudas malas (como compras impulsivas con tarjeta de crédito a más de 2 cuotas). Es importante deshacerse de las deudas que no son esenciales, destinando una parte de los ingresos a pagarlas. En la medida de las posibilidades, considerar abrir una segunda cuenta bancaria exclusiva para ahorros. Establecer transferencias automáticas desde la cuenta principal hacia la nueva cuenta de ahorro y es importante evitar disponer de ese dinero a menos que sea absolutamente necesario, esta cuenta funcionará como un fondo de emergencia.

Evitar las compras impulsivas planificando las mismas. Hacer una lista de lo necesario y estableciendo un presupuesto para cada categoría de gastos, así será evidente la posibilidad de gastos que no se requieren.

Aprovechar ofertas y descuentos.

Aunque se deben reducir los gastos, no se puede descartar del todo los descuentos y promociones que permitan obtener los productos o servicios que se necesitan a precios más bajos. Además, considerar la posibilidad de comprar productos genéricos o de segunda mano cuando sea posible para ahorrar dinero.

Pequeños cambios en el estilo de vida.

Revisar los gastos fijos mensuales, como alquiler, servicios públicos, seguros, suscripciones a servicios de streaming, revistas, gimnasio, etc. Buscar maneras de reducir estos costos, como cambiar a planes más económicos, negociar tarifas con proveedores o buscar alternativas más económicas. Reducir el número de suscripciones mensuales puede ayudar a ahorrar una cantidad significativa de dinero a lo largo del tiempo, cancelando aquellos servicios que no se utilicen con frecuencia o que se puedan prescindir temporalmente.

Uso responsable de tarjetas de crédito.

En tiempos de desaceleración económica, es importante evitar acumular deudas innecesarias a través de tarjetas de crédito. Utilizando las tarjetas de forma responsable y siempre pagando el saldo completo cada mes para evitar intereses acumulados. Priorizando el uso de efectivo o débito cuando sea posible y evitando las compras con tarjeta de crédito a plazos superiores a 1 mes.

Ahorro de energía.

Adoptando prácticas de ahorro de energía en el hogar, como apagar luces y electrodomésticos cuando no se necesiten, utilizar luces de bajo consumo y optimizar el uso del aire acondicionado. Estas pequeñas acciones pueden reducir el valor de las facturas de servicios públicos y ayudar a ahorrar dinero a largo plazo.

Transporte eficiente.

Considerar opciones de transporte más económicas y eficientes, como caminar, usar bicicleta, usar el transporte público o compartir viajes con amigos o compañeros de trabajo.

En tiempos de incertidumbre, la optimización de los gastos personales se vuelve más importante que nunca. Al elaborar un presupuesto detallado, establecer prioridades financieras, comparar precios, reducir gastos fijos, utilizar tarjetas de crédito de manera responsable, evaluar suscripciones, planificar compras, ahorrar energía y utilizar transporte eficiente, se puede mantener un equilibrio financiero saludable y preparar el bolsillo para cualquier desafío económico que se presente.

Desde la compañía, invitamos a Implementar estas estrategias con disciplina y compromiso, ya verán cómo sus finanzas personales se fortalecen incluso en momentos difíciles.

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